martes, 6 de abril de 2010

DRAMATURGOS EXTREMEÑOS: Miguel Murillo


Miguel Murillo.
Badajoz, 1953.

Nace en Badajoz en 1.953 y, tras estudiar la carrera de Magisterio en su ciudad natal, ejerce como maestro en Alconchel (Badajoz). Más tarde sería destinado a Tenerife y allí colaboraría con los grupos canarios de teatro "Afur" y "Tibicena", entre otros. Por esta época escribe sus primeras obras; éstas tardarían aún algún tiempo en verse representadas. De Canarias regresa nuevamente a Badajoz, ciudad en la que sigue residiendo. En la actualidad dirige el Consorcio del Teatro López de Ayala, de Badajoz.
Su actividad dramática se remonta a los primeros años de la década de los setenta, en los que toma contacto con los grupos de teatro independiente que comienzan entonces a surgir en Extremadura y colabora con el "Pequeño Teatro" del recién creado Centro Dramático de Badajoz; sería con la Compañía "Torres Naharro" con la que, más tarde, representa buena parte de su producción.

En 1.972 su obra Arlequín y el corazón perdido fue galardonada en el Certamen Provincial de Teatro Infantil. Aparte de éste, Murillo cuenta con varios premios; de modo que se daría a conocer por los premios teatrales que tiempos atrás convocara la Diputación de Badajoz (Nos referimos al "Diego Sánchez", de ámbito nacional, y el "Torres Naharro", restringido a autores extremeños). Así, se le concedió este último en 1.980 por su obra El reclinatorio y el 1.982 por Columbella. Ese mismo año su obra Retablo quedaría finalista del "Diego Sánchez". En 1.985 su obra Las maestras obtendría el Premio Constitución de Teatro de la Junta de Extremadura y en 1.987 Perfume de Mimosas quedaría finalista de este último premio. Recientemente ha obtenido el Premio Lope de Vega 2002 por su obra Armengol.
En El reclinatorio se hace un recorrido por la historia negra de nuestro país, llena de militarismo y represión. Vertiente crítica que se repetirá en otras obras suyas: Custodia y los gatos, Dogma de fe y El aparato. También a esta época de los primeros años de los 80 pertenecería su obra Golfus de Emérita Augusta, representada con gran éxito en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.
En Columbella y Retablo se aprecia que su teatro ha abandonado los estereotipos temáticos de la época anterior, profundizando más en la caracterización de los personajes. Buena prueba de ello será su obra Las Maestras. Esta obra es una metáfora que representa la lucha entre la innovación y el conservadurismo inmovilista. Las Maestras posee un marcado tono de denuncia, sirviéndose de planteamientos tremendamente realistas.
En Perfume de mimosas vuelve a plantearse la lucha por la libertad individual contra unos comportamientos sociales muy conservadores. Víctor, joven homosexual al que su padre expulsó de casa, vuelve tras la muerte de éste y allí se encuentra con su pasado. Esta obra estará estrechamente relacionada con otras como Una semana en Miami, Un hecho aislado y El pájaro de plata, en esta última se repiten personajes y situaciones que ya aparecieron en Perfume de mimosas.
Una semana en Miami supone una reflexión sobre la frustración de las amas de casa. La acción se sitúa en un supermercado de barrio, por el que una poblada galería de personajes condenados al fracaso pasean sus miserias económicas y morales. Una marca de lejía sortea un viaje a Miami y el premio recae sobre una "afortunada" clienta de dicho supermercado.
El mundo de la marginación y del desarraigo será uno de los temas fundamentales de sus dos obras siguientes: Si viniera de la Niebla y Sudaca, esta última subtitulada No hace falta que llores por mí, Argentina. En ella apenas hay sitio para el diálogo y, así, el angustiado monólogo de Rolando, maestro de escuela argentino exiliado en nuestro país tras el golpe militar, llena prácticamente toda la obra. En ella, Murillo pretende abrirnos los ojos ante la creciente xenofobia de una sociedad cada vez más insolidaria.

La producción de Murillo testimonia el interés y la preocupación que dicho autor siente hacia su región. Así, en Alborá pretende escenificar la historia de Extremadura, en El retablo de Maese Rodrigo de Plasencia vuelve a estar presente la temática extremeña, con la leyenda de La serrana de la Vera como trasfondo, y no hemos de olvidarnos de su obra Mirando al mar; en las tres obras que la constituyen (la de Murillo es la que le da título al conjunto) se reflexiona sobre los cambios producidos en la sociedad extremeña desde los años veinte hasta la década de los noventa.
Otros títulos de su producción son Carrusel de Melodías, Pícaros Cómicos, Requiem aeternam Dona, Contactos y Carolina Coronado, en la que se pone sobre el escenario un tema regional: la vida de la escritora romántica de Almendralejo. Entre su producción más reciente hay que destacar la Trilogía de Sarajevo y Armengol, pieza que ha merecido en el año 2002 el prestigioso premio Lope de Vega.

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